-xv-
Mis ojos son la tumba
Mis ojos son la tumba donde todo va a parar
Al fondo hay una luz que alumbra
Si te atreves a mirar.
Me hice digno de portarla cuando prescindí de todo lo demás
Prevaleciendo sobre todos mis asuntos
Como una luz sin contaminar.
El fuego de la Amada arde embravecido sin poderse apaciguar;
Lo que soy es lo que queda después de habernos amado
Recostados sobre el regazo de Su intimidad.
El despojo de un hombre que ha perdido su sitio
Vaga ahora como una sombra entre las luces, oculto a todos,
Excepto para aquellos que saben de luminosidad.
El mazo del destino que azuza la cálida lluvia
Y lo que, gracias a ella, brota en generosidad
Son ahora el asiento de mi grandeza
Sobre el Trono Inmenso del Océano de la Unidad.
Los mundos surcan el corazón del siervo
Que firmemente está anclado en el horizonte de lo real,
Para él los ecos del destino son como nubes pasajeras que van y vienen
Mecidas por el viento allí donde su aliento de vida las quiera llevar.
Donde quiera que se muestre veo Su rostro
Pues mi mirada no se detiene en la apariencia formal
Sino que va a más alzándose sobre la creación
Como el campeón entre los halcones reales
Para el que la espesura no es obstáculo
Cuando se lanza a apresar.
Lo mejor que puedo decir de Layla
Es que se mostró por generosidad
Y a partir de ahí los ojos se velaron
Cegados por la intensidad de una manifestación
Que no pudieron soportar.
¡Comprende primero y luego olvida!
La agudeza de la visión en el velo
Es lo que dispone su densidad;
Para el que no puede dejar de contemplarla
Todo es pureza que brilla desvelada
Cuando el ojo que imputa deja de imputar.
Si este es uno de los secreto que debiera ser guardado
Que Allah disculpe al pobre por no haber podido contener
Lo que sólo a Él incumbe mostrar;
Se escapa al control del siervo
Que se asoma al abismo de lo insondable
Para hacer de sus instantes
El imperativo de la Verdad.
“Morir antes de morir” es lo que garantiza el éxito
Al que “no posee ni es poseído por nada“
El día del levantamiento del velo
Cuando cada cual se una a su igual
Y los rostros brillen de alegría
Al escuchar el recibimiento de los muy sinceros:
“La paz sea con vosotros que habéis sido de los veraces
En el camino de Allah”
Si te desprendes de todo Ella se muestra
Y si se muestra ya la tienes, y si la tienes
¿Qué te podría faltar?
Ella es el agua que viene a inundarte desde dentro
Para que seas con Ella y en Ella
Por el desbordamiento de Sus luces
Hacia el mar de la Presencia Única
En el Océano de la Unicidad.
En tus plazas y jardines se ha engalanado
Perfilándose en un velo tendido
Que sólo rasgan los que Layla ha admitido
En el recinto sagrado de Su intimidad.
Desde allí que un bien permanente de Allah se derrame
Abarcando a todo peregrino tras las huellas del Dueño
Y en nosotros se cumpla la promesa de unión
A pesar de la tendencia que impera en el náfs (el ego).
Líbranos, ¡oh Maulana!, de su lastre
Por mediación de aquel que mejor lo supo tratar,
Muhammad el profeta iletrado,
El que hizo de su vida ejemplo y unió los dos mundos
Con el sello bendecido de la única realidad.
Amin