Abu Yazid al-Bistami: Vida y Enseñanzas (3)
EL EGO Y DIOS
La misma oposición que existe entre el ego y el corazón, existe entre el ego y Dios. Así pues, complacer a uno implica alejarse del otro, y viceversa. No es posible servir a ambos. Como Abu Yazid dijo: “Amo a Dios; por lo que repudio al mundo. Repudio al mundo; por lo que amo a Dios. Abandoné el mundo hasta llegar a Dios, y preferí al Creador sobre las criaturas hasta que intimé junto a Él.” También dijo: “Busca Su voluntad oponiéndote a tu voluntad, y Su amor por medio del desprecio a tu ego; pues sólo es posible acceder a Su conocimiento por medio de la oposición a los propios deseos, y sólo es posible la dicha de la plenitud de Su amor por medio del rechazo a ti mismo.” Y de nuevo: “El olvido del ‘yo’ es el recuerdo del Creador del ‘yo’ ”, y “Quien abandona las pasiones alcanza a Dios”.
EL EGO, EL CORAZÓN Y DIOS
Según las enseñanzas de Abu Yazid, el hombre está constituido por una consciencia individual (el ego), y por un núcleo: el corazón. En cuanto a la relación entre ambos, hemos vistos que se oponen mutuamente: el ego es la fuente de todos los males, y el corazón es la fuente del bien y la bondad. También hemos visto que esa misma oposición existe entre el ego y Dios. Ahora la cuestión que surge es: ¿Cuál es la relación entre el corazón y Dios? Algunos sufís posteriores, como Al-Ghazzali, discutieron esta cuestión en detalle; pero no tenemos conocimiento de ninguna declaración de Abu Yazid al respecto de dicho asunto. En base a la oposición de ambos, el corazón y Dios, frente al ego, podemos asumir que, según él, el corazón y Dios no están separados; pues Dios es la realidad última que subyace al velo de lo creado, y el corazón es el núcleo donde reside la realidad esencial del hombre. Así pues, el corazón es parte de Dios, según se desprende de las enseñanzas de Abu Yazid.