Se descorrieron los velos, Allah, Allah;
Los recipientes se quebraron, Allah, Allah;
Se precipitaron sus incontenibles luces, Allah, Allah;
Y el punto volvió a su origen, Allah, Allah;
En la elocuencia de su tinta derramada, Allah, Allah.
Tras el despuntar del alba de la presencia, Allah, Allah;
Las vasijas del amor no pudieron soportarlo, Allah, Allah;
Y quedaron desechas ante el fulgor, Allah, Allah;
Del puro éxtasis que contemplaron, Allah, Allah.
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Comentario:
Se trata de una coplilla que habla de las excelencias del amor desvelado, contemplado tras quedar el cuerpo desmembrado, las cabezas dislocadas y los corazones desgarrados y amputados. Ella mece los corazones rotos y los recompone de nuevo para que se unan a su igual en el amanecer del alba las luces imperecederas, incontenibles, que ante la ausencia de todo aquello que no es Ella se abren paso.
¡Allahu Akbar!
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