Desde la nada giramos
Y nos establecimos
Allí donde los confines despuntan.
Desde la inmovilidad del eje
Quedó vertebrada una nueva realidad
Preñada de resplandecientes luces.
Desde el silencio vacío
Pulsamos las sinfonías
De esta inexpresable
Y ensordecedora elocuencia.
Desde el total abandono
Nos erigimos en la morada del amor,
Y ahora todos vienen a beber
De nuestro sagrado néctar.
Desde Ella, por Ella y en Ella
Se obró el milagro,
Y ya no tenemos necesidad
Ni de la muerte ni de la vida.
(c) despojosdeoccidente – Los derechos orbitan ingrávidamente el cielo de su esplendor inmaculado, tras quedar descerrajada la cerradura de su invisible puerta.
¡Allahu Akbar!
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