Mi corazón –mi innata realidad indeclinable y eterna–
No es de aquí, no pertenece a este mundo;
De eso estoy seguro,
Y tengo la firme intención
De establecerme allí.
-Rumi
COMENTARIO:
Los hombres de Dios están muertos a la irrealidad de las impostadas apariencias y vivos en la realidad de las esencias desbordadas de los recipientes de las formas.
Solo ellos podrán establecerse allí, cuando todo se derrumbe con el trepidante resonar de los signos de la Hora; solo ellos podrán establecerse en la realidad de lo que son –una cegadora luz alumbradora.
Los demás, simplemente se perpetuarán en las sombras.