¡Estamos rotos, estamos deshechos, estamos acabados!
Cuando todos los caminos terminan,
Nosotros seguimos avanzando hacia ninguna parte;
Cuando todos los senderos ha quedado cubiertos,
Nosotros seguimos rastreando su imperceptible rastro;
Cuando todos ya se han rendido y regresado,
Nosotros seguimos adelante en medio de la desoladora inmensidad
De esta tierra de nadie.
¡Estamos rotos, estamos deshechos, estamos acabados!
*
¡Estamos rotos, estamos deshechos, estamos acabados!
Cuando ya no hay esperanza y todos lloran el fracaso,
Nosotros reímos y cantamos despreocupados;
Cuando donde antes había luz, son las sombras las que se ciernen,
Nosotros seguimos viendo, buscando y nada encontrando;
Cuando ya la muerte es inminente,
En la certeza de no volver de nuevo a amar
Ni a ser amado,
Nosotros seguimos adelante, hacia ninguna parte avanzando.
¡Estamos rotos, estamos deshechos, estamos acabados!
COMENTARIO:
Un canto al desasosiego de vivir en una tierra de nadie, sin caminos, sin huellas orientadoras, sin esperanza, sin miedo, sin amor, sin odio, sin esto o aquello; una tierra en la que lo único que se puede hacer es seguir adelante, siempre adelante, para no acabar como ellos, con el bozal puesto, frustrados y cagados de miedo por no poder volver a la divertida vida de antes, una vida en la que la única meta es pasarlo bien y mantenerse vivo, a toda costa, aún a costa de morir y de dejar de ser un verdadero ser humano.
Estamos solos, en la crudeza del páramo, y no podremos atravesarlo hacia la benignidad de los verdes vergeles y de los pabellones elevados. Moriremos aquí, en medio de esta nada, desolados y avanzando, siempre avanzado.