Om Namo Bhagavate Vasudevaya
Tú, principio inmanifiesto
Que en todo te evidencias,
Pues eres la luz que todo lo alumbra,
Yo te saludo desde la sagrada sacralidad
De mi inmutable ser interior, que es el Tuyo,
Pues de Ti no estoy separado, sino en apariencia.
Por Tu amorosa misericordia y por Tu bondad infinita,
Hazme comprender que Tú y yo somos uno,
Hazme comprender que en mí moras.
-despojosdeoccidente
COMENTARIO:
Comprenderlo no es suficiente, se requiere, además, un conocimiento efectivo que transforme el corazón y purifique la visión de las cosas en aras de adoptar la sana cosmovisión del mundo y una sana forma de relacionarse con el mundo.
Una vez enfocados en torno al No-Nacido-Que-No-Muere-Nunca y desenfocados con respecto al velo de la transitoriedad con el que Él se recubre a Sí mismo, podremos optar al gozo de la Unión, más allá de causas y condiciones.
El corazón que sabe esto se expande y se vuelve infinito con el Infinito, sabedor del espejismo del limitado y limitante “yo”. Y la visión que sabe esto se vuelve igualmente ilimitada y luminosamente clara, pues no se posa en las cosas, sino en la luz que a las cosas alumbra.
Los que no saben esto están avocados a una muerte tenebrosa, pues estamos viviendo el fin de los tiempos y sus demoledores estragos se llevarán por delante a los negligentes con respecto a lo que realmente importa en la vida, y lo que importa es saber quiénes somos y cómo regresar a ello tras el extravío de una vida errática en pos de vanos placeres, siendo lo que no importa la persecución de dichos placeres mundanos y el hecho de mantenerse vivos a toda costa, aunque esa “costa“ implique morir obedeciendo al gobierno terrorista de España –bozales, miedo a los semejantes, vacunas asesinas, pasaporte sanitario para viajar, pase covid-free para ir al mercadona, sanas distancias, inmovilidad, vida online, robotización, deshumanización.
FIN