¿A quién se dará de beber
El dulce néctar de la sabiduría?
¿A quién se dará de comer
El espíritu de eternidad?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
¿A quién se hará ver
La grandeza de la gloria por el “yo” velada?
¿A quién se hará contemplar
La fertilidad de la nueva tierra?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
¿A quién se hará oír
Los melodiosos cantos de Layla?
¿A quién se hará escuchar
El embelesador sonido del océano sin orillas?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
¿A quién se dará de oler
El almizcle del amor?
¿A quién se dará de oler
El almizcle de la unión?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
¿A quién se dará de tocar
La vertiginosas formas de la no-forma?
¿A quién se dará de tocar
La permanencia en la transitoriedad?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
¿A quién se dará de pensar
La consciencia esclarecida y liberada
Del condicionamiento del mundo?
¿Queda alguien no sujeto a los designios del maligno?
-despojosdeoccidente-
COMENTARIO:
Siete puertas fueron establecidas para acceso y salida de la morada eterna que es la razón de ser del ser humano.
La puerta de la lengua, para que a través del sabor entrante el hombre saboree el no sabor saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
La puerta del oído, para que a través del sonido entrante el hombre oiga el no sonido saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
La puerta del olfato, para que a través del olor entrante el hombre huela el no olor saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
La puerta del tacto, para que a través del contacto entrante el hombre toque el no tacto saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
La puerta del ojo, para que a través de la visión entrante el hombre vea la no visión saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
La puerta del pensamiento, para que a través del pensamiento entrante el hombre piense el no pensamiento saliente en la eternidad que ilumina el instante presente.
Y la puerta de las puertas del espacio, para que a través del espacio entrante el hombre more en la morada de la no morada en la eternidad que ilumina el instante presente.
Empero, estamos viviendo el fin de los tiempos y la gente se seguirá vacunando (envenenando), por lo que no hay nadie a quien dar ciencia, excepto a los destetados, a los arrancados de los pechos de sus madres, a los insomnes, a los parias del espíritu, a los derrotados una y mil veces.
FIN.