¡Nada ocurrió!
El ayer simplemente se desvaneció
Como una sopa de pez globo.
―Matsuo Basho (1644-1694)
COMENTARIO:
El ayer se diluyó en la luz del alumbramiento, el hoy descansa ingrávido y no obstruidamente en la mente absorta en la luz de la presencia del instante presente, el mañana está diluido en una mera posibilidad que la luz proyectará o no proyectará en un incierto futuro inexistente.
Así pues, no hay lugar a las preocupaciones, ni hay espacio para temer el apocalipsis zombi de los desesperados que sucumbirán a la agenda satánica 2030 por un mundo despoblado y sostenible, porque el observador ya está muerto en lo observado y todo lo contempla con ojo no humano, sino divino.
Pensar en estas cosas mientras se saborea la impermanencia de una deliciosa e inexistente sopa de pez globo, o de picadillo, en recuerdo de Matsuo Basho, nos ayudará sobrellevar la hecatombe y a no flaquear para salir indemnes de los coletazos finales de la bestia, consistentes en:
- Más vacunas asesinas, a troche y moche, para garantizar la sostenibilidad de la salud pública y que el ganado humano muera inadvertidamente en vistas a poder salvar así el superpoblado planeta Tierra, que de momento es nuestra única residencia como especie.
- La total digitalización y control de la vida y su plasmación en el Internet de las cosas, en el que el ser humano será la cosa por excelencia.
- La inmovilización paulatina de las sociedades para ralentizar el recalentón planetario causado por el derroche energético no verde del hombre-simio.
- Persecución y muerte de los negacionistas que se nieguen a colaborar en pos del bien común, en su negativa recalcitrante a ser cosificados, transhumanizados y metaverseados, por el bienestar común, la seguridad de todos y la salvación de la Tierra.
FIN.